El jefe del gobierno en funciones manifestó preocupación por la división en el poder judicial libanés tras el regreso esta semana a sus funciones del juez Tariq Al- Bitar, para romper 13 meses de pausa y retomar la investigación sobre la tragedia capitalina del 4 de agosto de 2020.
Medios locales citaron las palabras de Miqati durante una cena del Sindicato de Empresarios de Apoyo y Desarrollo, en la que transmitió su confianza en el Consejo Superior de la Judicatura.
En este contexto, el fiscal de Casación, Ghassan Oweidat, anunció ayer la liberación de todos los arrestados en el caso de la explosión en el puerto de Beirut y la prohibición de viajar, así como el enjuiciamiento contra el investigador del caso, Al-Bitar, e impidiéndole salir del país.
De acuerdo con expertos locales, Oweidat se dirige a procesar al juez Al-Bitar por cargos de violación de la ley, luego de que este anunciara recientemente la inclusión del fiscal y otros tres magistrados en la lista de acusados en el expediente de la tragedia de hace más de dos años para ser interrogados el próximo mes.
Por su parte, Al-Bitar desconoció la dispuesto por Oweidat y agregó que “cualquier respuesta de las fuerzas de seguridad a la decisión del Ministerio Público de Casación de poner en libertad a los detenidos equivaldría a un golpe de Estado a la ley”.
Al comentar sobre la crisis, el parlamentario libanés Jamil Al-Sayed aseguró que solo la ley separa a Oweidat y Al-Bitar.
En medio de este escenario, algunas de las familias de las víctimas de la explosión en el puerto beirutí denunciaron la decisión del fiscal de Casación de dejar en libertad a todos los detenidos en la investigación.
A la vacancia presidencial, la devaluación sin precedente de la moneda nacional, el bloqueo de carreteras por la agudización de la crisis se sumó esta semana el estado de caos legal y constitucional en Líbano, luego del anuncio del juez Tariq Al-Bitar de regresar al caso después del desistimiento en su contra.
La catástrofe del puerto de Beirut ocasionó más de 200 muertes, cifra superior a los seis mil 500 heridos y miles de desplazados, como consecuencia de la explosión de cantidades de nitrato de amonio almacenados durante años en uno de los pabellones del interior de la instalación sin medidas de precaución.
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