“Tenemos como meta la construcción de la segunda planta de urea, estamos analizando los pormenores (…). Apuntamos a que tenga el doble de la capacidad que tiene la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) y convertir a Bolivia en un hub (concentrador) de fertilizantes”, afirmó el líder empresarial en declaraciones al servicio de prensa de YPFB.
Dorgathen informó que la PAU, ubicada en Bulo Bulo, Cochabamba, comercializa urea de alta calidad en los mercados de Argentina y Brasil, y tiene más demanda desde estos dos países vecinos y Paraguay, además de Europa.
Para ejemplificar las oportunidades que se abren a este tipo de fertilizante, explicó que solo el estado brasileño de Mato Grosso requiere un volumen equivalente al producido en 10 plantas de urea como la PAU.
Adicionalmente, razonó, la cercanía entre los dos países genera una ventaja competitiva para Bolivia desde el punto de vista logístico respecto a otros continentes.
“La urea como fertilizante nos garantiza alimentos y no solo para Bolivia sino para la región por eso iniciamos, esta gestión, con la ingeniería para la construcción de la segunda planta y ser proveedores de la región”, ratificó Dorgathen.
Según YPFB, además de las ventas en el exterior, el producto nacional redujo en 99 por ciento las importaciones en el mercado interno, con una considerable ayuda al agro.
En tal sentido, agregaron las fuentes, la segunda planta de urea es una necesidad y este proyecto formará parte de un Complejo Integral de Petroquímica, para el que se gestiona la contratación del estudio de Ingeniería.
Dorgathen comentó que en 2022 la Gerencia de Ingeniería, Proyectos e Infraestructura de YPFB realizó el estudio de ingeniería conceptual para esta segunda planta de Urea.
“Tenemos una alta demanda del fertilizante, en el país como fuera de él, por lo que seguiremos industrializando el gas para ofrecer nuestra urea al mundo”, reiteró.
Agregó que para comenzar este proyecto se prevé licitar durante el año en curso el estudio, y describió que el costo de la etapa de preinversión es de un millón 290 mil dólares, de los cuales se ejecutarán un millón 110 mil este año.
Según Dorgathen, se prevé que esta segunda planta de urea consuma un trillón de pies cúbicos (TCF) de gas en 20 años, por lo cual se desarrolla un plan exploratorio para una mayor producción del hidrocarburo.
“La industrialización del gas es un éxito que genera empleo, desarrollo y sigue avanzando para darle valor agregado a nuestros recursos naturales en bien de la economía de todos los bolivianos”, concluyó el presidente de YPFB.
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