Guterres reconoció en la ceremonia la amenaza de la discriminación en la actualidad y su impacto nocivo como ocurrió desde la década del 30 del siglo pasado.
El Holocausto fue la culminación de milenios de odio antisemita y la dolorosa verdad es que el antisemitismo está en todas partes, advirtió.
La fecha, agregó, es un llamado a estar en alerta constante, no callar ante el odio, la intolerancia o el sufrimiento de los demás.
El titular de ONU emumeró los efectos actuales de la crisis económica, el populismo, la desinformación, los discursos de odio, el “creciente desprecio por los derechos humanos y el desdén por el Estado de derecho” como amenazas frente a una catástrofe similar.
Las ideologías supremacistas blancas y neonazis, los intentos de reescribir la historia, negar el Holocausto y rehabilitar a sus colaboradores y la intolerancia también permanecen latentes en las sociedades actuales, añadió.
“Los movimientos neonazis y supremacistas blancos son cada día más peligrosos”, dijo al tiempo que recordó sucesos como los tiroteos en Buffalo y El Paso, en Estados Unidos, y los ataques a mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda.
Los objetivos van desde mezquitas hasta sinagogas, centros de refugiados y supermercados, insistió.
Guterres agradeció la participación de sobrevivientes del Holocausto en la ceremonia, quienes dan sentido al trabajo de Naciones Unidas “para salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”.
“Sabemos con qué facilidad el discurso de odio se convierte en delito de odio, cómo la violencia verbal engendra violencia física, cómo se socavan la diversidad y la cohesión social, al igual que los valores y principios que nos unen”, enfatizó.
Desde 2005, una resolución de la Asamblea General de la ONU estableció el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto.
La fecha coincide con la liberación en 1945 del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau por las tropas soviéticas.
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