Ambos equipos apelaron a juego poco vistoso en el estadio Ciudad de la Educación, con un club brasileño que dio muestras de cansancio y tuvo la peor actuación de un representativo de la Confederación Sudamericana del más universal de los deportes en la historia del certamen.
En las cuatro ocasiones anteriores en que el campeón de la Libertadores perdió en semifinales, el representante sudamericano salvó el honor al ganar el partido por el tercer lugar.
Esa actuación corrió a cargo de dos formaciones brasileñas, Inter de Porto Alegre (2010) y Atlético Mineiro (2013), así como con el Atlético Nacional colombiano (2016) y el River Plate argentino (2018).
A pesar de no partir con el cartel de favoritos, los jugadores dirigidos por el sudafricano Pitso Mosimane jugaron con más agresividad y actitud ofensiva en la primera mitad del encuentro.
Los brasileños mejoraron en la parte complementaria, pero sin crear un verdadero peligro ante la puerta defendida por Mohamed El-Shenawy.
Ya en la definición de los penales, los fallos de Ronielson da Silva ‘Rony’, Luiz Adriano y Felipe Melo hicieron inútil la parada de Weverton Pereira y el lanzamiento al poste en sendos penales del combinado egipcio.
El Al-Ahly igualó con este tercer puesto su mejor actuación en un Mundial de Clubes (2006). Sólo el TP Mazembe de la República Democrática del Congo, finalista en 2010, y el Raja Casablanca marroquí, subcampeón también en 2013, pueden presumir de llegar a la última instancia entre los equipos africanos.
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