El 1 de septiembre pasado, un hombre identificado como Fernando Sabag apuntó con una pistola a la cabeza de la exjefa de Estado en las proximidades de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta, pero el arma no se disparó.
Días después fueron arrestados su novia, Brenda Uliarte, y otro sospechoso (Gabriel Carrizo).
En varias ocasiones, los abogados de Fernández, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, pidieron profundizar en las investigaciones y señalaron que Carrizo tuvo un papel fundamental en el ataque por lo que puede ser considerado coautor y partícipe directo del delito.
Tras recursos presentados por los representantes de la vicemandataria, la Cámara Federal porteña exigió a la jueza María Eugenia Capuchetti volver a citar a Carrizo y tomar en cuenta pruebas que desestimó.
Entre los elementos que fundamentan la ampliación de su declaración se encuentran mensajes enviados por celular por el sospechoso con textos como: «Recuerda esta fecha», «Ya está muerta», «No sabes qué hicimos con esto», «Generar miedo para que el Gobierno sepa con quienes se están metiendo”.
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