La investigación mostró que las mayores pérdidas se producirían en dos de las principales regiones madereras del país, ambas ubicadas en el sur.
En el estudio, publicado en Forest Policy and Economics, los investigadores utilizaron modelos informáticos para proyectar cómo crecerán 94 especies de árboles individuales en Estados Unidos bajo seis escenarios de calentamiento climático hasta el año 2100.
También consideraron el impacto de dos escenarios económicos diferentes en crecimiento de la demanda de productos forestales, y compararon sus resultados para el inventario forestal, la cosecha, los precios y el secuestro de carbono con contextos sin cambio climático.
Los investigadores descubrieron que en ciertas regiones los árboles crecerían más lentamente a temperaturas más altas y morirían más rápido.
Combinado con niveles crecientes de cosecha y mayores presiones de desarrollo, eso condujo a disminuciones en el inventario total de árboles.
Proyectaron que las mayores pérdidas se producirían en las regiones sureste y centro-sur, que son dos de las tres regiones de suministro de madera más productivas de esta nación.
Esas áreas podrían ver cómo los inventarios de árboles se reducirían hasta en un 40 por ciento para 2095 en comparación con uno de sus escenarios de referencia.
Debido a la contracción de los productos de pino, los investigadores proyectaron que los precios de la madera blanda podrían aumentar hasta un 32 por ciento para 2050.
Combinando los efectos de todas las regiones, los investigadores prevén pérdidas totales del inventario de árboles de tres a 23 por ciento en comparación con la línea de base.
Descubrieron que el impacto económico del cambio climático en el valor general de la industria de productos forestales podría oscilar entre una pérdida de hasta dos mil 600 millones de dólares por año, lo que representa el 2,5 por ciento.
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