En ocasión del Día Mundial de los Humedales, celebrado este jueves, se conoció que esos espacios de agua dulce o salada se pierden tres veces más rápido que los bosques.
La encargada de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Leticia Carvalho, instó a los gobiernos a poner fin a las políticas y subsidios que incentivan la deforestación y la degradación de los cenagales, y a centrarse urgentemente en la restauración.
Hay que orientar e impulsar las inversiones para proteger los ecosistemas prioritarios, como las turberas, y animar al sector privado a comprometerse con cadenas de suministro libres de deforestación y drenaje, añadió.
Un informe publicado el año pasado por el Pnuma remarcó la necesidad de incrementar las inversiones destinadas a la naturaleza para cumplir los objetivos mundiales relacionados con el clima, la biodiversidad y la degradación del suelo.
En la actualidad se destinan 154 mil millones de dólares al año, pero esa cifra debería duplicarse con creces hasta alcanzar los 384 mil millones en 2025, precisó el documento.
«Se nos están acabando las oportunidades de proteger los beneficios que proporcionan los humedales, de los que dependen las sociedades para un futuro sostenible», afirmó Carvalho».
Aproximadamente el 35 por ciento de todos los humedales globalmente desaparecieron entre 1970 y 2015, y el ritmo de pérdida se aceleró desde el 2000.
mgt/crc