Tras 10 meses de régimen de excepción en el que fueron suspendidos derechos constitucionales y se registraron presuntas violaciones de derechos humanos masivas, todo indica que el gobierno de Bukele consiguió desarticular a las pandillas, indicó el diario El Faro.
El hecho de que el medio que considera hace un periodismo “incomodo” y es de los más duros críticos de la actual administración haga ese reconocimiento, despeja algunas dudas de manipulación por las autoridades para mostrar la efectividad de su política antipandillas.
Según un líder pandillero, citado por ese medio, los mandos gubernamentales lograron aislar a la cúpula del resto de la organización criminal, lo cual le permitió enfrentarse a estructuras fragmentadas.
El esquema consiguió “desestructurar a las maras en El Salvador, desbaratando su control territorial, su principal vía de financiamiento y su estructura interna”, según la publicación.
“Ni la Mara Salvatrucha-13, ni las dos facciones del Barrio 18 -Sureños y Revolucionarios-, ni otras pandillas menores, como la Mao-Mao, La Mirada Locos o CODEMAR, operan más en las calles de El Salvador de la forma en que lo hicieron por décadas”, precisó.
“La conclusión es contundente: las pandillas ya no existen de la manera en que El Salvador las ha padecido”, acentuó, lo cual ratifica que el tema de la seguridad pasó de ser un mito a una realidad que ahora hasta los opositores internos, algunos del sector empresarial, y externos la Voz de Las Américas (VOA), no dejan de reconocer.
Para apuntalar su afirmación del éxito gubernamental, El Faro señaló que durante su investigación, constató “la ausencia de estos criminales en comunidades donde su poder era férreo y conversó con habitantes, maestros de escuela y directivos comunales que confirman que el control de esas organizaciones ha desaparecido”.
Por otra parte, empresarios salvadoreños exteriorizaron su satisfacción por el actual nivel de seguridad de sus colaboradores que enfrentaban la extorsión y las amenazas de los grupos calificados de terroristas por las leyes del país.
La víspera Bukele consideró que la oposición y los críticos a su plan de seguridad finalmente reconocieron el “éxito” de su guerra contra las maras.
“La oposición salvadoreña, sus gremiales, sus medios, sus ONGs, sus expertos; todos salieron al UNÍSONO, aceptando el éxito total de nuestra guerra contra pandillas. Es claro que es una estrategia, pero no deja de ser una capitulación”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Según analistas, mucho habría que decir sobre la forma en que se consiguió este resultado pero, lo más importante es que, lo que se consideró en 2022 un mito y una apuesta sin sentido, algo difícil de lograr, es una realidad, y sin dudas una carta que enarbolará el presidente rumbo a las elecciones de 2024, cuando aspira a reelegirse.
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