De acuerdo con estadísticas oficiales, el pasado año se gestionaron contratos y proyectos por unos 10,3 millones de dólares con la intención de poner al istmo en un lugar preferencial en el mapa turístico.
Datos de la Asociación Panameña de Hoteles señalan sin embargo que a pesar de que en la suma se incluyen gastos de promoción, mercadeo y posicionamiento, es difícil traducir la inversión en resultados cuando la ocupación fue del 37 por ciento y más de seis mil 300 habitaciones permanecieron cerradas.
Algunos empresarios como Maru Gálvez, de la Cámara de Turismo de Tierras Altas, manifiestan su alerta por la falta de información sobre el impacto que tienen las campañas que destina el 90 por ciento del presupuesto de Promtur.
El llamado se centra en la relación del gasto en comparación con la cantidad de turistas que visitan el país istmeño, para hacer necesarias correcciones.
“Es bueno saber cuáles son los resultados del dinero que se está invirtiendo porque hasta este momento después de la pandemia los hoteles del interior siguen dependiendo del turismo local”, indicó la funcionaria al diario La Estrella de Panamá.
También Ángelo Solanilla, presidente de la Cámara de Turismo de Veraguas, cuestionó la efectividad de cada programa que contrata la organización, como las consultorías y los contratos de promoción con diferentes aerolíneas.
Las críticas constructivas se extienden a la página de Promtur, en la que aparecen registrados únicamente 16 hoteles, cuatro lujosos, tres de todo incluido, dos ecológicos y un hostal, cuando la oferta es mucho más amplia.
Por su parte, el administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), Iván Eskildsen, insiste en que el 2022 cerró con algo más de 1,8 millones de visitantes, lo que representaría el doble del número con el que se concluyó 2021, cuando se recibieron 800 mil excursionistas.
Para 2023 hay expectativa y optimismo, por lo que se espera que sea un año de recuperación, remarcó.
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