La subdirectora del organismo internacional, Manuela Tomei, significó en la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas que aumentaron las desigualdades en materia de ingresos, empleo y derechos, a la vez que se intensificó la discriminación hacia las mujeres, los migrantes y refugiados.
Señaló que 214 millones de trabajadores viven en la pobreza extrema, con menos de 1,90 dólares al día, y que el número de empleados pobres creció en los países en desarrollo.
Tomei explicó que los efectos provocados por la pandemia de la Covid-19, la guerra en Ucrania, el cambio climático y las transiciones demográfica y digital dificultan el cumplimiento de los objetivos adoptados en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Más de 6,8 millones de personas perdieron la vida a causa de la crisis sanitaria, sumió a otras en la pobreza extrema y el hambre, y destruyó empresas y puestos de trabajo, resaltó.
De acuerdo con la directiva, la participación de la fuerza laboral femenina en los ingresos totales se encuentra por debajo del 35 por ciento, lo que equivale a un incremento del cinco por ciento respecto al año 1990.
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