Será en la Asamblea General, órgano que reúne a los miembros de las cámaras de Senadores y Diputados, quienes debatirán aristas históricas y políticas de aquellos sucesos conocidos aquí como «febrero amargo».
La cita reúne a todas las bancadas y fue promovida por la del Partido Colorado (PC).
El 8 de febrero de 1973, el entonces presidente (PC) Juan María Bordaberry decidió reemplazar al ministro de Defensa, Armando Malet, por el general retirado Antonio Francese.
Su intención era frenar la creciente injerencia política de las Fuerzas Armadas, que aumentó en medio de su enfrentamiento a la insurgencia.
La resolución del jefe de Estado fue rechazada por el Ejército y la Fuerza Aérea, que esa noche tomaron las instalaciones del Canal 5 y, a través de la televisión oficial anunciaron que desconocerían las órdenes de Francese.
Mientras tanto, el comandante en jefe de la Armada, José Zorrilla, marcó la posición contraria cuando ordenó ocupar y bloquear el 9 de febrero la Ciudad Vieja de esta capital, en defensa de la legalidad.
Para ello desplegó un centenar de fusileros de la Marina, mientras el Ejército movía sus blindados y la Fuerza Aérea planeaba bombardear buques de la Armada.
Luego de cuatro días de tensiones, Bordaberry cedió a las presiones militares a cambio de continuar en la presidencia.
El 12 de febrero, el presidente firmó el llamado “pacto de Boizo Lanza”, que contempló las exigencias de los mandos castrenses y marcó el inicio de un gobierno cívico-militar.
Bordaberry disolvió el Parlamento el 27 de junio de aquel año, lo cual marca oficialmente el inicio de la dictadura que se extendió hasta 1985, en el marco de otros gobiernos de facto en el cono sur americano.
La sesión parlamentaria de hoy se anuncia maratónica y promete ser la reedición de otras conmemoraciones con visiones distintas sobre aquellos hechos, que marcaron la historia nacional y dieron paso a un oscuro período de violaciones a los derechos humanos.
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