La publicación del legislativo explica que todos los diputados coincidieron en el daño a la salud humana de esos aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans añadidos, y en que, por tanto, no deben ser consumidos por las personas.
La reforma, adoptada la víspera, prevé que la Secretaría de Salud defina las bases de regulación para los ácidos grasos trans de producción industrial y se prevé que el límite en los productos “no podrán exceder dos partes de ácidos grasos trans de producción industrial, por cada cien partes de ácidos grasos”.
El instrumento ya fue enviado al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. El diputado Joaquín Zebadúa, del oficialista Morena, explicó que datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que cada año más de 500 mil personas en el mundo mueren por el consumo de esas sustancias, y solo en México más de 13 mil.
Aunque celebró la reforma, dijo que México llega tarde, porque desde 2019 la propia OMS y la Organización Panamericana de la Salud avalaron un plan para eliminar los aceites parcialmente hidrogenados de los alimentos procesados que se comercializan en toda América, y para disminuir hasta dos gramos por cada 100.
Estas grasas trans ocasionan cardiopatías, es decir, enfermedades del corazón y ocasionan muertes también por accidentes cardiovasculares, es decir, por derrames, como se le conoce coloquialmente, señala el texto.
Dijo que ya Canadá y Estados Unidos cuentan con legislaciones que prohíben el consumo de esos tipos de aceites. En Latinoamérica, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Perú, tienen normatividad en ese sentido, para eliminarlos, incluso con muchas de las mismas empresas que comercializan estos productos en México.
De las muertes a nivel mundial, en América se registran más de 160 mil decesos al año y, según estudios realizados por organizaciones de la sociedad civil, en México mueren más de 13 mil personas por esa causa.
Zebadúa se preguntó si se sabe desde hace tiempo que estas grasas trans adicionadas a los alimentos son tan nocivas, causan muertes, cardiopatías y accidentes cardiovasculares, ¿por qué se siguen utilizando?
El asunto es la ambición de ganancias por encima de la salud, pues son más baratas para la elaboración de los alimentos y dan más tiempo de vida a los productos en los anaqueles.
Confió en que, aun cuando las grandes industrias que recurren a este tipo de grasas para sus productos presenten amparos, al igual que ocurrió con el etiquetado frontal, el Poder Judicial haga gala de la autonomía e independencia que tanto defiende y los rechace pues esta reforma constitucional salvará vidas.
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