Según el último balance ofrecido por las autoridades, hay 181 fuegos controlados y 98 en combate, donde laboran brigadas de este país, junto a otras de México, Argentina, España, Venezuela, Brasil, Ecuador y Colombia, entre otros países.
Los incendios dejaron un saldo de 24 muertos, unos dos mil lesionados, mil 180 viviendas destruidas y cinco mil 500 damnificados, además de los daños a escuelas, centros de salud y estaciones de comunicación, principalmente en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía.
Durante un recorrido por la comuna de Quillón, en Ñuble, el presidente chileno, Gabriel Boric, aseguró que antes del invierno serán construidas viviendas de emergencia en la región.
Precisó que las casas tendrán 27 metros cuadrados con dos habitaciones, cocina y baño y contarán con servicios básicos.
El mandatario decidió nombrar como encargada de reconstrucción a Paulina Saball, quien ejerció como ministra de Vivienda y Urbanismo durante el gobierno de Michelle Bachelet.
Esta semana el Gobierno anunció, además, un paquete de 13 medidas para aliviar la situación de las familias afectadas por la emergencia, que incluye apoyos financieros, fiscales, laborales y materiales.
El Ministerio de Agricultura, por su parte, inició un programa de ayuda a más de seis mil pequeñas empresas dañadas, que comprende la distribución de forraje y agua para la alimentación de animales.
Los incendios se incrementaron en los últimos años, entre otras razones por el calentamiento global y la sequía que afecta al territorio desde hace más de una década.
Expertos alertan también sobre la responsabilidad de las empresas forestales en este fenómeno, al sustituir los bosques nativos por plantaciones de pinos y eucaliptos, especies con resinas que actúan como combustible y absorben una gran cantidad de agua.
De acuerdo con la ministra vocera del Gobierno, Camila Vallejo, la extinción total del fuego no se logrará antes de la primera quincena de marzo.
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