“Unidas y unidos, vamos a vencer al dengue. Hoy iniciamos una gran minga en #SantaCruz, donde desplazaremos en coordinación con las FFAA y autoridades locales, más de diez mil personas para eliminar criaderos, fumigar, limpiar y detectar casos sospechosos. ¡Santa Cruz no está sola!”, escribió en su cuenta de Twitter.
Bajo la consigna “todos unidos contra el dengue” y en una movilización en que intervienen más de 12 mil personas, este domingo tiene lugar una operación inclusiva de todos los barrios de Santa Cruz de la Sierra, capital del oriente boliviano, con el objetivo de destruir los habitáculos del mosquito Aedes Aegipti, agente transmisor de la enfermedad.
Mientras efectivos policiales y de las Fuerzas Armadas, de la alcaldía municipal y voluntarios con volquetas de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, del Ministerio de Obras Públicas y de la alcaldía municipal destruyen, acopian y transportan todo receptáculo capaz de acumular agua de lluvia, personal del Ministerio de Salud busca los posibles casos sospechosos.
Por iniciativa de Arce, el Gobierno coordinó y articuló esta operación de trabajo colectivo denominada “minga” con la gubernatura cruceña y las alcaldías para enfrentar el brote epidémico que tiene a Santa Cruz como epicentro.
Bolivia reportó este sábado cinco mil 549 enfermos, y de ellos cuatro mil 106 corresponden a Santa Cruz.
El martes último, Arce anunció el uso de drones para una fumigación contra el dengue y sugirió desarrollar un gran operativo con la misión de destruir los reservorios del insecto como parte de una estrategia coordinada y en beneficio de la población.
Al referirse al tema, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, expresó que las instituciones gubernamentales, las estructuras subnacionales y la población trabajan de manera coordinada por lo cual el resultado es positivo y demuestra cuánto se puede hacer en este frente por la custodia de la salud de los bolivianos.
El alcalde municipal cruceño, Johny Fernández, por su parte, convocó a la ciudadanía a abrir las puertas de su casa para facilitar la recolección de los objetos que se convierten en criaderos y prevenir la enfermedad.
Un cubano, el epidemiólogo Carlos Juan Finlay, confirmó a finales del siglo XIX mientras trataba de mitigar los efectos de la fiebre amarilla en La Habana, el papel del mosquito Aedes Aegipti como vector transmisor de esa enfermedad.
Hoy esa misma teoría se aplica al combate contra el dengue, el chickungunya y el zika.
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