Por Verónica Núñez Lastres*
Colaboradora de Prensa Latina
La Iglesia instituyó a San Valentín como respuesta cristiana a una antigua tradición, según la historiadora brasileña Denise Wanderley Paes de Barros.
El festival se desarrollaba del 13 al 15 de febrero en honor al dios de la naturaleza y lo consideraban una fiesta de purificación colectiva durante la cual la intención era transmitir virilidad, exaltar la fertilidad y llamar a buenas cosechas.
HISTORIA DE LAS FIESTAS LUPERCALES
La versión más aceptada de los expertos señala que era una festividad precristiana surgida en la Antigua Roma, aunque adoptó características de un rito arcadio, probablemente tras la conquista de Grecia.
En su libro Fastos, el poeta romano Ovidio vinculó el inicio de la tradición con un extenso episodio de infertilidad entre las mujeres durante el reinado de Rómulo, fundador de la ciudad.
Según los escritos del bardo, tras interpretar una profecía de la diosa Juno, se sacrificó una cabra y con su piel se golpeó la espalda de las damas, quienes lograron dar a luz nueve meses más tarde.
Sin embargo, al igual que el historiador griego Plutarco, Ovidio coincidió en la existencia de una posible relación entre la Lupercalia y un ritual que se realizaba en la región griega de Arcadia en honor a Pan, dios de la naturaleza y los animales salvajes.
Hay constancia de que otros pueblos vecinos, como los sabinos, realizaron ritos semejantes y en no pocas ocasiones los participantes se cubrían pieles con cabra y usaban máscaras de lobos.
La youtuber y escritora española Natalia Saldaña, reconocida popularmente como Alanna dentro de la comunidad de practicantes del esoterismo y la hechicería, explica que el festejo estaba orientado a dos focos principales: la reproducción, sobre todo humana, y la purificación.
Así, cada año del 13 al 15 febrero, los lupercos, primero se impregnaban la frente con la sangre de los animales sacrificados para luego enjuagarse con leche.
En un clima de desenfreno y éxtasis general, corrían semidesnudos y disfrazados como lobos alrededor del monte Palatino y golpeaban con las tiras de piel de los sacrificios a las mujeres que buscaban garantizar su fertilidad.
Ese rito tenía un significado simbólico para los romanos más allá de propiciar embarazos exitosos; era otra forma de obtener protección y bendiciones del dios campestre Lupercus o Fauno Luperco.
PROHIBIDAD POR LA IGLESIA
La historiadora Denise Wanderley Paes de Barros comenta que esa fiesta pagana y fue luego absorbida por el cristianismo, hoy es una celebración laica.
En el año 392 el emperador Teodosio declaró ilegal la práctica de cualquier actividad pagana.
Al final fue sustituida por celebraciones cercanas a la fecha original o a la naturaleza del festejo como San Valentín, el 14 de febrero, la Purificación de la Virgen el día 2 del mismo mes y el Carnaval, que si bien distaba de la Lupercalia, poseía un fuerte componente sexual que casaba muy bien con la idea de propiciar la fertilidad.
La más popular de las tres, San Valentín, se ofició por primera vez el 14 de febrero del año 496 por el papa Gelasio I hasta la década de 1960,cuando bajo el pontificado de Pablo VI se eliminó del calendario litúrgico.
Lo curioso es que no se sabe a ciencia cierta cuál es el santo al que se rinde tributo.
MÁS DE UN SAN VALENTÍN
En un reportaje de la BBC, el estudioso de la hagiografía Thiago Maerki comentó que se tienen registros católicos de 11 santos con el nombre de Valentín, y de ellos al menos tres están asociados con mensajes de amor.
Maerki indicó que, pese a debates sobre su existencia, la referencia más común es el médico y después obispo Valentín de Roma, martirizado en el siglo III y ejecutado un 14 de febrero.
Valentín, como funcionario de la iglesia, ofició varios matrimonios de soldados romanos, en afrenta al emperador Marco Aurelio Claudio (214-270), quien prohibió esos enlaces porque creía que un guerrero sin lazos familiares estaría más dispuesto a arriesgar su vida.
Otras variaciones de Valentín incluyen a un religioso que repartía rosas en las calles y a un sacerdote que celebró la unión entre un cristiano y una joven pagana.
Lo cierto es que la coincidencia de fechas entre la ejecución de San Valentín de Roma y las fiestas lupercales permitió la incorporación de una celebración que poco o nada tenía que ver en sus orígenes con el amor o con el dios Cupido.
Actualmente, San Valentín no solo honra al amor, sino que enamora a la economía. Al ser una fecha fuertemente comercial, ha logrado disparar las ventas agrietando los bolsillos de los que la celebran.
arc/vñl
*Estudiante de Periodismo