«Sabíamos que la tarea sería difícil. Supimos que afectaríamos intereses poderosos enquistados en los ciclos de guerra y violencia en Colombia desde hace mucho tiempo, que el lucro es para muchos lo único que importa», subrayó.
Rueda explicó que al cerrar la fase de seis meses de acercamientos y de medir la voluntad de paz de grupos armados las autoridades encargadas asisten a una oleada de obstrucciones y saboteos a su gestión.
Los acercamientos han sido aprovechados por personas inescrupulosas y algunos abogados que, acostumbrados a tranzar con favores políticos y judiciales, pretenden lucrarse con la confusión y han llegado a acusar a la Oficina de Paz de perfilarlos o incluso de querer asesinarlos, detalló.
Resaltó varios logros en el proceso de paz que lleva a cabo el gobierno de Petro como el diálogo y los acuerdos de cese el fuego con grupos armados en el campo, están empezando a interrumpir el libre flujo de recursos ilegales en grandes regiones.
También se alcanzó, en medio de tensiones armadas, que los grupos que ejercen un control territorial en áreas estratégicas restrinjan la expansión de los cultivos de uso ilícito y se logró pactar una disminución radical de la deforestación que afectaba la selva amazónica y su piedemonte nariñense.
Destacó que en Buenaventura -hasta hace pocos meses una de las ciudades más violentas del mundo-, el gobierno detuvo una guerra sangrienta entre bandas armadas de jóvenes que dejaba más de 180 muertes violentas al año.
«Nuestra Oficina de Paz adelanta procesos similares en ciudades como Medellín y Quibdó, y ya comenzamos en Barranquilla», dijo Rueda al tiempo que señaló que al detener los asesinatos, también se redujo la extorsión, las fronteras invisibles, y el miedo que somete a barrios enteros.
El Gobierno también apuesta por la humanización del sistema penitenciario y con la presentación del Proyecto de la Ley de sujeción y desmantelamiento con garantías de no repetición, que propiciará salidas estratégicas e integrales para que en Colombia vuelva a florecer la vida», expresó.
Advirtió que, en medio de la desesperación, quienes se benefician con la muerte están generando un clima de caos alrededor de la política de paz, con rumores de corrupción y de impunidad que se convierten en golpes de opinión que desalientan al país.
«Por estos días concluye la fase de acercamientos con varios grupos armados de distinta naturaleza y, tras resolver una serie de dificultades recientes, vamos a iniciar fases formales de diálogo con grupos de origen rebelde», anunció Rueda quien es un reconocido luchador por los derechos humanos.
Paralelamente, comenzará una fase de espacios sociojurídicos con grupos que no tienen origen rebelde, todo ello apegado a la Constitución, la Ley, con respeto a las instituciones del Estado y la división de poderes, y protegiendo los derechos de las víctimas.
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