La disminución del ritmo de crecimiento de nuevos casos en la última quincena, parece confirmar una inversión de marcha respecto a la rápida expansión de la epidemia en las semanas anteriores, en todo el país.
Los datos más recientes publicados por el Ministerio de Salud indican que, del 7 al 13 de este mes, Italia registró 131 mil 390 nuevos pacientes y tres mil 76 decesos de personas infectadas con el nuevo coronavirus, para un promedio diario de 18 mil 770 y 439, respectivamente.
Por el contrario, en la semana del 14 al 20, la media cotidiana de nuevos casos disminuyó a 12 mil 677, con un incremento de 439 a 555 fallecimientos diarios.
Los primeros indicios de mejoría en el comportamiento de la curva coinciden con la aplicación de otras medidas decretadas por el gobierno, basadas en un sistema con tres niveles para la aplicación progresiva de restricciones a las regiones, en dependencia del agravamiento de la situación en cada una.
Amarillo, naranja y rojo son los colores establecidos por la clasificación de la estrategia para evitar el confinamiento general en todo el país, como ocurrió en marzo y abril, durante la etapa más aguda del primer embate de la epidemia.
De las 20 regiones italianas están en zona roja Piamonte, Valle d’Aosta, Lombardía, Toscana, Campania, Calabria, Abruzo y la provincia autónoma de Bolzano, mientras Liguria, Emilia Romaña, Friuli-Venecia Julia, Las Marcas, Apulia, Basilicata y Sicilia permanecen en la naranja.
Por su parte, Lacio, Véneto, Molise, Cerdeña y la provincia autónoma de Trentino son los únicos territorios ubicados aún en el nivel mínimo de restricciones.
Al referirse al análisis realizado por la Fundación Gimbe del 11 al 17 de noviembre, su presidente, Nino Cartabellotta, afirmó que el coronavirus continúa en ascenso, aunque a menos velocidad, como sucede con la cantidad de pacientes que ingresan en salas de recuperación y terapia intensiva.
En ese sentido, advirtió que los enfermos de Covid-19 ocupan progresivamente camas destinadas a personas con otros padecimientos, por lo cual pensar en un relajamiento de las medidas para “salvar la Navidad” es una amenaza con consecuencias muy graves en términos de vidas humanas.
Por otra parte, según el monitoreo efectuado del nueve al 15 de noviembre, por el Instituto Superior de Salud y el Ministerio de Salud, la epidemia se mantiene en niveles críticos por la elevada incidencia de casos recién diagnosticados y un impacto significativo sobre los servicios asistenciales.
El informe puntualizó que “se observa una reducción de la transmisión respecto a la semana precedente, sugiriendo un efecto inicial de las medidas de mitigación introducidas a nivel nacional y regional desde el 14 de octubre de 2020”, aunque en gran parte del país es aún superior a uno según el índice Rt.
Asimismo, recomendó una drástica reducción de la interacción física de las personas para reducir el riesgo de transmisión de la infección y aliviar la presión sobre los servicios sanitarios.
Las autoridades llaman reiteradamente a la prudencia y a evitar en la Navidad aglomeraciones y otras violaciones de las normas indicadas para prevenir el contagio, como ocurrió en el período vacacional de verano.
Al respecto, el primer ministro, Giuseppe Conte, advirtió que el país debe estar preparado para celebrar este año unas fiestas navideñas sobrias, sin festejos, besos y abrazos.
En opinión del jefe de gobierno, el objetivo es evitar que una semana de actividades sociales como las usuales en ese período del año, signifique pagar en enero un incremento brusco de la curva en cuanto a muertes y presión sobre la terapia intensiva y el área médica en general.
Al intervenir en una conferencia virtual organizada por la Asociación Nacional de Municipios de Italia, Conte atribuyó a las más recientes medidas las señales positivas de la curva, aunque reconoció que nadie puede asegurar cuál será su tendencia durante la Navidad.
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