En declaraciones a la agencia angoleña de prensa (Angop), el gerente de la empresa Ozango Mineirais, Edson Paulo Carreiro Nunes, confirmó la noticia, tras la realización de una consulta pública con la población residente en áreas cercanas al yacimiento, ubicado en el municipio de Longonjo, en la provincia de Huambo, a más de 600 kilómetros al sudeste de Luanda.
Según expresó el directivo, la presentación del proyecto a la comunidad era un paso obligatorio para obtener el certificado exploración por parte del Ministerio de Cultura, Turismo y Medio Ambiente.
Durante los próximos 14 meses, lo fundamental será el montaje del equipamiento mientras avanzan las negociaciones con la empresa Ferrocarriles de Benguela para el transporte del mineral hasta el puerto de Lobito (de salida al océano Atlántico), con el propósito de comenzar la explotación en 2022.
En opinión de Carreiro Nunes, el negocio de las tierras raras contribuirá a la diversificación de la economía del país y a la creación de empleos directos e indirectos para los jóvenes de la localidad.
Además, la decisión del gobierno de institucionalizar las autarquías (gobiernos municipales) posibilitará que en el futuro Longonjo pueda retener parte de las ganancias por la actividad minera y utilizar ese financiamiento en función del desarrollo local, comentó el directivo.
De acuerdo con Angop, Longonjo es actualmente una de las demarcaciones más empobrecidas en la provincia de Huambo, por ello, la extracción de minerales, como el neodimio y el praseodimio, es considerada una importante oportunidad para mejorar las condiciones socioeconómicas.
El administrador del municipio de Longonjo, Bonifácio Vissetaca, precisó que la instalación de los equipos en la mina fue retrasada por la pandemia de la Covid-19, pero su puesta en explotación generará 500 puestos de trabajo.
Tierras raras es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometió, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio).
Estos metales muestran un conjunto similar de propiedades y tienen una elevada demanda por el sector eléctrico y electrónico; con ellos la industria de alta tecnología produce desde baterías de litio para automóviles eléctricos, hasta teléfonos inteligentes y computadoras, turbinas eólicas y aviones de combate.
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