La investigación, realizada por Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), advirtió que aproximadamente 800 millones de infantes subsisten por debajo del umbral de pobreza, de 3,20 dólares al día.
En tanto, mil millones sufren una pobreza multidimensional, es decir, no tienen derecho a la educación, la salud, la vivienda o la nutrición.
La protección social, continúa el texto, contribuye a aumentar el acceso de los menores a estos beneficios, ayuda a prevenir el trabajo y el matrimonio infantiles, a la vez que puede combatir los factores que conducen a la desigualdad y a la exclusión en términos de género.
Según el análisis, el número de niños que no pueden acceder a servicios de protección social se acrecienta cada año, exponiéndolos al riesgo de sufrir pobreza, hambre y discriminación.
El informe Más de mil millones de razones: La necesidad urgente de construir una protección social universal para los niños, muestra que entre 2016 y 2020, unos 50 millones de niños de cero a 15 años no recibieron prestaciones básicas de protección social, lo que equivale a un total de mil 460 millones en el mundo.
De acuerdo con la directora de Política Social y Protección Social de Unicef, Natalia Winder-Rossi, es necesario fortalecer, ampliar e invertir en sistemas de protección social que tengan en cuenta las necesidades de los niños, a fin de protegerlos de la pobreza e incrementar la resiliencia de los hogares más vulnerables.
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