«El pueblo siempre será la solución. Por eso estamos volviendo con Bolsa Familia, con Mi Casa, Mi Vida y haciendo reajustes en la educación. Porque Brasil necesita volver a crecer y mejorar la vida de su pueblo. ¡Buen domingo!», escribió Lula en la red social Twitter.
Con su contenido, el extornero mecánico dejó entrever lo vital de esos planes, con la necesidad de centrarse en las garantías sociales que fueron abandonadas en las gestiones anteriores, como en la del derrotado mandatario Jair Bolsonaro.
Lula firmó el 2 de marzo la medida provisional que instituye la nueva Bolsa Familia, programa de ayuda para familias necesitadas.
Según el Gobierno, los valores del plan son 600 reales (unos 116 dólares) mensuales por familia; 150 (29 dólares) adicionales para cada niño de hasta seis años; 50 (cerca de 10 dólares) agregados para infantes mayores de siete años y jóvenes menores de 18, y 50 añadidos para gestantes.
La medida provisional de la nueva Bolsa Familia entrará en vigor al ser publicada en el Diario Oficial de la Unión, sin embargo, tendrá que ser aprobada en hasta 120 días por el Congreso Nacional.
El proyecto social atiende a familias con renta per cápita clasificada como situación de penuria o de extrema escasez.
De acuerdo con el ministro de Desarrollo Social, Wellington Días, 700 mil familias que estaban fuera del programa pasarán a ser contempladas. Se convertirán en beneficiarias, aunque no se ajusten a las normas del plan.
Anteriormente, el 14 de febrero, Lula refrendó en el estado de Bahía (nordeste) la medida provisional que retoma Mi Casa, Mi Vida, programa de entrega de viviendas a familias con bajos ingresos.
El exdirigente obrero participó en la donación de 684 moradas en el municipio bahiano de Santo Amaro, pero también hubo otras simultáneas por el plan habitacional en Lauro de Freitas (Bahía), João Pessoa (Paraíba), Contagem (Minas Gerais) y Aparecida de Goiânia (Goiás).
Mi Casa, Mi Vida fue creado en 2009 en el segundo gobierno de Lula, con el objetivo de reducir el déficit habitacional en el país.
Al menos 281 mil 472 brasileños viven actualmente sin techo (homeless) en el gigante suramericano, cifra que representa un aumento del 38 por ciento en relación con 2019, período pre-pandemia de Covid-19.
En reiteradas ocasiones, Lula confirmó que la atención y cuidado a los pobres estará en el centro de las atenciones de su gobierno, en el que recuperarán sus derechos.
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