El crimen fue perpetrado en la ciudad de Santiago en septiembre de 1974 por los entonces oficiales al servicio de la dictadura militar César Manríquez y Miguel Krassnoff.
Los agentes secuestraron aquí a los jóvenes Roberto Chaer, Julio Fernández y Héctor González, matriculados en el centro de altos estudios de la sureña ciudad de Concepción y militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario.
También estaban imputados por estos hechos los antiguos miembros de la DINA Basclay Zapata, Orlando Manzo y Ciro Torré, pero los tres fallecieron durante el prolongado desarrollo del juicio.
Nelson Caucoto, uno de los abogados demandantes, afirmó que el veredicto pone fin a un proceso de larga data y trae consuelo a los familiares de las víctimas, quienes durante muchos años lucharon para obtener justicia.
Las investigaciones permitieron constatar que Chaer, Fernández y González fueron retenidos por la DINA entre el 6 y el 10 de septiembre de 1974 y conducidos al centro clandestino denominado José Domingo Cañas, donde sufrieron torturas.
Luego los represores los trasladaron al lugar llamado Cuatro Álamos, y allí los vieron otros detenidos, pero a los pocos días los sustrajeron de nuevo y jamás se volvió a tener noticias de su destino.
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