En el contexto del Día Internacional de la Mujer, agencias de Naciones Unidas precisaron que a la luz del deterioro de la realidad libanesa la violencia de género, la explotación y el abuso sexual aumentan en espacios públicos inseguros como calles, mercados o en el transporte.
Cifras del organismo multilateral indicaron que alrededor del 75 por ciento de las mujeres en Líbano están sin trabajo, para alargar las brechas de desigualdad de género estructural endémica y la discriminación.
En el orden político, aunque las libanesas obtuvieron el derecho al voto en 1952, y a pesar de un movimiento feminista vibrante continúan con baja representatividad en los diálogos a nivel de Estado, gubernamental y parlamentario.
De los 88 gobiernos formados desde 1943 en la nación, solo nueve incluyeron a mujeres, y el actual gabinete interino nombró a una entre los 24 ministros de su consejo.
Un total de 118 candidatas participaron en las elecciones parlamentarias del 15 de mayo pasado y solo ocho lograron integrar la unicameral legislatura de 128 diputados, dividida a partes iguales entre cristianos y musulmanes.
Según investigadores, la reducción de las diferencias de género ayuda a aumentar las tasas de crecimiento económico, la estabilidad y la reducción de la desigualdad de ingresos en las sociedades.
Estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo reflejaron en noviembre de 2022 que el Producto Interno Bruto de Líbano crecería un nueve por ciento si la brecha en la participación laboral entre hombres y mujeres disminuyera en un 25 por ciento.
Batallas en temas relacionados con el matrimonio civil, el divorcio y la custodia de los hijos frenan en el presente el empoderamiento de la mujer libanesa, en un país estructurado bajo un sistema confesional.
oda/yma