La operación humanitaria tuvo lugar en una zona rural de Nariño, luego de los enfrentamientos que se produjeron en 2022 entre grupos armados en la zona.
«Agradecemos a las partes involucradas por confiar en nuestro trabajo neutral para facilitar la liberación de estas personas», expresó Kian Abbassian, jefe de la subdelegación del CICR en Cali.
Añadió que esa labor fue estrictamente humanitaria y se dio en el marco del mandato que tiene la CICR de proteger y asistir, sin distinción alguna, a las personas afectadas por los conflictos armados y la violencia.
De acuerdo con un comunicado del organismo humanitario, las siete personas se encontraban en buenas condiciones de salud y fueron trasladadas por el equipo del CICR a otra zona.
«Los conflictos armados continúan teniendo múltiples efectos negativos, por ello es fundamental que se preserve la labor humanitaria y que las partes en conflicto continúen facilitando nuestro acceso a las zonas más afectadas para mitigar las consecuencias humanitarias», agregó Abbassian.
Es fundamental que los actores armados respeten en todo momento el derecho internacional humanitario, que protege particularmente a la población civil y a quienes han dejado de participar en las hostilidades, enfatizó.
En lo que va del año, el CICR ha recibido a 20 personas que se encontraban en poder de grupos armados.
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