La decisión pretende proteger la seguridad del personal y los pacientes, manifestó la organización que lamentó que el centro ha sido víctima colateral en el auge de los enfrentamientos entre bandas rivales a escasos metros del nosocomio.
“Estamos viviendo escenas de guerra a pocos metros de nuestras instalaciones. Nuestro hospital no ha sido un objetivo directo, pero hemos sido una víctima colateral de los combates, ya que el hospital se encuentra en primera línea”, dijo Vicent Harris, médico de la organización.
Precisó que se encontraron varias balas perdidas dentro del hospital y el acceso se ha vuelto casi imposible para los pacientes, algunos de los cuales sufrieron heridas en las inmediaciones del recinto.
“Somos conscientes de que el cierre de este hospital perjudicará gravemente a la población de Cité Soleil, pero nuestros equipos no pueden trabajar hasta que se garanticen las condiciones de seguridad”, agregó el galeno.
Mientras, en el centro de la ciudad, otra institución gestionada por la organización registra un incremento de la cifra de heridos que llegan a las instalaciones.
El jefe de actividades médicas, Freddy Samson, declaró que el número de pacientes heridos de bala aumentó por 10 desde que reanudaron las hostilidades en Bel Air, zona muy cercana al Palacio Nacional, añadió.
“Hemos recibido a muchos niños, mujeres y ancianos. Es terrible ver el número de víctimas colaterales de estos enfrentamientos”, señaló.
Con Médicos sin Fronteras suman al menos tres las grandes instituciones que cerraron sus puertas como consecuencia de la ola de violencia y las acciones de las pandillas que se recrudecieron este año.
En Artibonite, los directivos del hospital Albert Schweitzer confirmaron la suspensión de los servicios como consecuencia de la incursión de las bandas armadas en la localidad y señalaron que los médicos temen por sus vidas tras los crímenes perpetrados por la banda Gran Griff, responsable del asesinato de siete policías en enero.
Por su parte, en Puerto Príncipe, los centros Gheskio que investigan y tratan las enfermedades infecciosas y son responsables de un extenso programa para los pacientes con VIH/Sida anunciaron el cierre temporal tras el secuestro de dos empleados.
Todo ello mientras los médicos residentes del principal hospital público del país, situado en el corazón de la capital, llevan meses en huelga para exigir mejores condiciones de trabajo.
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