Nichols anunció su visita al país caribeño esta semana sin precisar su agenda, aunque adelantó que los encuentros tienen como premisa avanzar en los esfuerzos para crear un futuro estable, próspero y democrático.
Con el Alto Consejo de Transición, estructura fruto del acuerdo gubernamental de diciembre, el funcionario estadounidense abogó por un consenso más amplio y la flexibilidad entre todas las partes para apoyar un mejor futuro para todos los ciudadanos.
Nichols también sostuvo un debate con los líderes empresariales sobre las estrategias que podría adoptar el sector privado para aportar soluciones a los desafíos de Haití.
“Valoramos su labor de presión para lograr avances políticos y en materia de seguridad, así como su apoyo a unas prácticas empresariales más transparentes y justas”, aseguró en un mensaje en Twitter al finalizar el encuentro.
La visita del subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, la segunda en menos de un mes, ocurre en un momento marcado por el auge de la violencia de las pandillas, aumento de los secuestros, enfrentamientos entre grupos armados y el cierre de escuelas y hospitales.
Mientras, el Gobierno no ha podido convencer a los más reticentes a unirse a su acuerdo político y el nombramiento de jueces supremos del Tribunal de Casación fue blanco de numerosas críticas.
Por su parte, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió el martes apoyo internacional para Haití, asolado por la violencia de las bandas criminales, y lamentó que las pandillas controlan los servicios, y el acceso a gran parte de la capital del país.
“La situación exige una variedad de respuestas: energizar el proceso político para elecciones libres; aplicar plenamente el embargo de armas; imponer sanciones efectivas a quienes patrocinen y lideren bandas armadas; y apoyo internacional para desarrollar la capacidad de la policía y el sistema de justicia de Haití para luchar contra la impunidad y la corrupción”, dijo Türk.
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