El siniestro, registrado en octubre pasado en la también conocida como Isla de Pascua, afectó sobre todo al cráter y la cantera del volcán Rano Raraku, donde se ubican más de 400 moais, enormes figuras humanoides talladas en piedra desde hace varios siglos.
Gracias a un fondo de emergencia, la Unesco comenzó este mes de marzo un plan de diagnóstico de los daños, de recuperación en las áreas afectadas y el reforzamiento de las capacidades de prevención y respuesta ante futuros desastres.
Según un informe de la comunidad indígena del lugar, decenas de vestigios arqueológicos resultaron afectados por las llamas en el Parque Nacional de Rapa Nui, que abarca unas siete mil 150 hectáreas, casi el 44 por ciento del total de la isla homónima.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995, el sitio es famoso por su belleza geográfica y la diseminación en el territorio de alrededor de 900 moais, esculturas que miden como promedio cuatro metros y pesan alrededor de 14 toneladas cada una.
Este es uno de los principales destinos turísticos de Chile, país que el pasado año recibió más de dos millones de viajeros, 971 por ciento por encima de 2021.
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