Las precipitaciones hicieron que los espejos de agua se desbordaran y esas crecidas causaron desplazamientos de centenares de familias, las cuales abandonaron sus hogares en busca de terrenos secos y más altos en lo posible.
El río Rusizi, que corre a lo largo de la frontera de Burundi con la República Democrática del Congo, fue el primero en desbordarse incluso antes que las aguas del lago Tanganica.
‘Todos los cuadernos de los niños se inundaron. La ropa y otros materiales. No guardamos nada’, declaró a la prensa el domingo Francoise Habonimana cuando lavaba el escaso vestuario que pudo salvar junto con su hija.
Las zonas más afectadas son los barrios pobres y bajos de Bujumbura, donde prácticamente no existen sistemas de drenaje adecuados, por lo cual esas áreas son susceptibles de ser rápidamente anegadas.
Según los expertos, es necesario trasladar aldeas enteras para rehabilitar el ecosistema destruido de la región.
‘Debemos reubicar a esta población porque no hay solución’, dijo Bernard Sindayihebura, geógrafo y profesor universitario, y amplió: ‘hay zonas donde se debe prohibir la construcción para evitar estas enormes pérdidas económicas’.
Las inundaciones son recurrentes en Burundi por sus características topográficas y la ausencia de una infraestructura fluvial y redes de drenaje óptimas y eso hace que muchos residentes huyan de sus hogares casi en casi todas las temporadas de lluvias.
Según informes hideológicos también ocurrieron lluvias inusualmente intensas durante las últimas jornadas en Somalia, Kenya y Uganda.
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