Jim Cason y David Brooks reportan que en Estados Unidos continuaron los ataques esta semana, en parte nutridos por derechistas partidarios de una respuesta militar a los traficantes de fentanilo y que además expresan ira por el llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador a los latinos para que voten contra quienes no respetan la soberanía mexicana.
Muchos de esos medios y “analistas” describen el proyecto de reforma electoral (plan B de López Obrador) como un intento de minar la democracia en México.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, declaró en el noticiero nacional Meet the Press, de NBC News, que “la realidad a lo largo de las comunidades fronterizas es que los cárteles son los que mandan y no el Gobierno de México”, algo que ya el mandatario mexicano había calificado de ofensivo.
Su injerencismo fue ratificado al dictar políticas a México para que establezca ante sus propios ciudadanos seguridad dentro de su propio territorio, como también para los que visitan el país, e incluso consideró incrementar de manera dramática la interacción estadounidense con México y no sólo sobre economía, también tiene que ser sobre seguridad.
Los republicanos conservadores, complacidos porque lograron imponer su narrativa sobre México en el debate político en Washington –todo, obviamente, parte de una estrategia electoral–, no se cansan de repetirlo.
Después de que tres de ellos promovieron la idea de autorizar el uso de fuerza militar contra los cárteles, otras voces se siguen sumando, señalan los corresponsales.
Indicaron que la legisladora derechista Marjorie Taylor Green, feroz aliada de Donald Trump, afirmó este jueves que la frontera con México “es uno de los lugares más peligrosos del mundo”. También que “estamos en guerra contra los cárteles mexicanos, por lo cual estoy copatrocinando una legislación para autorizar el uso de fuerza plena de nuestros militares contra estos hampones y asesinos”. En otro frente, el presidente del poderoso Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, el republicano Jason Smith, condenó los comentarios de López Obrador sobre impulsar una campaña para disuadir a latinos de votar por quienes atacan a México.
Otros medios se sumaron a los ataques como el Chicago Tribune, que en un editorial esta semana criticó a México por el tráfico de fentanilo, al igual que lo hicieron en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el senador republicano Bill Hagerty y el secretario asistente de Estado para Asuntos del hemisferio occidental, Brian Nichols, al asegurar que la droga es fabricada en México.
Mientras se acercan las elecciones federales, incluida la presidencial de 2024, parece que estos ataques se intensificarán y México quedará como una “piñata” en la pugna electoral estadounidense, concluyen los periodistas.
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