El portal G1 asegura que la policía arrestó a sospechosos y los nuevos casos ocurrieron en la capital Natal y ciudades del interior de la división territorial.
Según la fuerza del orden, las acciones son comandadas por una facción criminal y hasta este domingo, el Gobierno estadual registró oficialmente 284 ataques.
Alrededor de las 03:00, hora local, de este lunes los delincuentes lanzaron un cóctel molotov contra un patio del Comando de Policía de Carreteras del estado en el municipio de Caicó, donde se guardan los automóviles decomisados y destinados a subasta.
En la jurisdicción Grossos, los malhechores dispararon varias veces contra la fachada del ayuntamiento alrededor de las 04:00, hora local. Balas fueron encontradas frente al edificio, que quedó con la puerta de vidrio destruida.
Asimismo, en Natal, los criminales intentaron incendiar una base de la Policía Militar ubicada en el barrio Neópolis, en la Zona Sur, y lanzaron un cóctel molotov contra la entrada del predio. La puerta y la ventana quedaron manchadas por el humo, pero las llamas no se extendieron.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, llegó este domingo al estado y afirmó que el Gobierno federal puede enviar más de 800 policías a Río Grande del Norte si lo necesita para ayudar a la seguridad pública.
Hasta el momento, según Dino, la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva envío aproximadamente a 700 agentes.
G1 asegura que al menos 51 ciudades de Rio Grande do Norte fueron blanco de ataques criminales en una semana. El terror comenzó en la madrugada de 14 de marzo, cuando edificios públicos y privados fueron depredados, vehículos incendiados y los residentes de las regiones se encontraban en estado de pánico.
La última actualización del gobierno, con datos del domingo, registra la detención de 126 sospechosos de participar en los actos criminales. Tres de ellos son adolescentes y 13 fugitivos de la justicia.
Además, fueron decomisadas 36 armas, cinco simulacros de ingenios bélicos, 98 artefactos explosivos, 26 galones de combustible, 12 motos y dos autos, además de sumas en efectivo, drogas, municiones y otros productos de hurto.
La Secretaría de Seguridad Pública del estado considera que las acciones violentas responden a manifestaciones de presos, organizados por una facción criminal que hace demandas sobre las condiciones en las cárceles, como el acceso a los televisores y visitas íntimas.
Se sospecha que detrás de las agresiones y disturbios está el llamado Sindicato del Crimen, banda que domina el narcotráfico en la región y opera desde el interior de los presidios.
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