“Ambos reciben este lauro por su invalorable aporte a la creación cinematográfica”, aseguró la directora de la Cinemateca, Mela Márquez, al explicar que este reconocimiento se confiere en el Día del Cine Boliviano, fecha instaurada desde 2007 para conmemorar el asesinato en esta fecha de 1980 del sacerdote y periodista Luis Espinal.
Recordó que Espinal, además de ser un destacado luchador por la democracia en el país altiplánico, realizó una importante labor como formador de público y de realizadores iniciados en 1979 en el taller que él dirigió, y que después aportaron documentales y obras de ficción trascedentes.
Márquez indicó que el cine boliviano es marca país con el maestro Jorge Sanjinés a la cabeza y después otros creadores de excelentes dramas y comedias en la mayoría de los casos financiados con recursos propios y con grandes sacrificios.
Sobre la Cinemateca, fundada en 1976, comentó que es el santuario donde se conserva el mayor archivo con el patrimonio audiovisual del país.
Al referirse a Antezana, subrayó que con esfuerzo propio aportó una vasta obra como guionista y director en la que sobresalen Evo Pueblo (2007) y, sobre todo, el filme de ficción El Cementerio de los elefantes.
“Por su trabajo cinematográfico recibió diversos premios como el de Mejor Director Internacional en el Festival Internacional de Cine Independiente de Nueva York (2009) y en ese mismo año Bolivia le confirió el Premio Plurinacional de Culturas.
Al referirse a Lima, comentó que la Cinemateca lo premia “por su talento y su altruismo”, pues formó a muchos en la realización y producción de animados en el taller Escorzo, creado con esfuerzo propio.
Elogió que a su iniciativa se debió la creación de escorzo Producciones para aportar audiovisuales y la Coordinadora de Producción Audiovisual Boliviana.
“Hoy premiamos al amigo y al hombre altruista, generoso», enfatizó Márquez durante su elogio.
Lima, por su parte, expresó que el verdadero lauro es la vida, que le permitió ser parte del gremio del cine, compartir con grandes creadores y entregarse a esta expresión artística.
Significó que de esa manera junto a su equipo de trabajo incorporaron la animación a Bolivia, que antes se hacía en el extranjero.
“Desafío a los jóvenes a superarnos porque eso es Bolivia, somos marca país y no podemos rendirnos ante las dificultades”, concluyó el artista.
Como colofón de la velada, en homenaje a la mujer, los presentes disfrutaron de la proyección del animado Paulina y el Cóndor, de Marisol Barragán; y de Warmi (Mujer en lengua aymara), de la realizadora francesa Danielle Caillet.
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