Los informes anuales de derechos humanos del Departamento de Estado norteamericano sobre otros países, incluida Camboya, exponen descaradamente un doble estándar en su práctica, particularmente en ausencia de su propio reporte de país, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Con más de 200 años de su propia versión de la democracia, Estados Unidos todavía enfrenta a diario abusos sistemáticos de los derechos humanos, entre ellos el racismo, los crímenes de odio, la brutalidad policial, los abusos en las cárceles y la falta de derecho al aborto, por nombrar solo los principales, remarcó la cartera.
El doble rasero es tan obvio que las autoridades estadounidenses iniciaron acciones legales contra más de un millar de personas presuntamente involucradas en la insurrección del Capitolio, apuntó más adelante la publicación al reseñar el comunicado de prensa de la Cancillería.
Irónicamente, y en una situación similar en Camboya, el informe destacó lo ocurrido “como un juicio masivo para silenciar las opiniones disidentes”, subrayó.
Según enfatizó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, el compromiso del Gobierno camboyano con la promoción y protección de los derechos humanos sigue siendo tan fuerte como siempre.
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