En recientes decretos de esos tres órganos gubernamentales, se establecen medidas que restringen la venta de productos basados en esas harinas, con la obligación de explicar en el etiquetado el origen de las mismas, indica este viernes esa publicación.
Las nuevas disposiciones prevén también que deben incluirse indicaciones sobre el riesgo de reacciones alérgicas y se precisa que los mismos deben ubicarse en estantes específicos, para una adecuada orientación de los consumidores.
El ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, expresó en declaraciones divulgadas por el citado medio informativo que «es esencial evitar que los productos hechos en Italia se confundan con otras harinas».
Adolfo Urso, al frente del Ministerio de Empresas, planteó que se trata de un tema de «transparencia, en la que se basa la capacidad de elección de los consumidores» para impedir el «fraude y la competencia desleal».
Por su parte, el titular de Salud, Orazio Schillaci, manifestó que se supervisará el cumplimiento de las orientaciones, con el apoyo de fuerzas del Arma de Carabineros para el control sanitario.
Las restricciones generaron protestas entre productores de ese sector, quienes consideran que las mismas afectan de manera significativa el desarrollo de esa industria, en expansión en este país.
En tal sentido el presidente de la empresa italiana Nutrinsect, José Francesco Cianni, expresó que “esos decretos son justos” pero «los tonos utilizados son claramente negativos”, y tendrán una clara repercusión en la futura comercialización de esos productos derivados de insectos.
jcm/ort