Un informe de la organización Unione Italiana Food (UIF), divulgado este domingo por el diario Il Messaggero, muestra que ni el incremento de los precios del trigo, ni la crisis energética, frenaron el pasado año el crecimiento de ese sector, el cual aumentó su presencia en el mercado internacional, una tendencia que debe continuar en 2023.
Las compras mundiales de esos productos se duplicaron en los últimos 10 años, de 9 a 17 millones de toneladas, precisa el análisis.
Riccardo Felicetti, presidente de la Asociación de Fabricantes de Pasta de Italia, señaló en declaraciones a ese medio informativo que “hoy se exporta más del 60 por ciento de lo que se produce en el país, frente al 48 en el año 2000 y a un porcentaje de apenas un cinco en 1955”, lo que evidencia la expansión mundial de las ventas.
“El placer por nuestros productos es cada vez más fuerte y es bueno para todo el sector agroalimentario italiano, porque la pasta es el principal vehículo de promoción de los mismos a partir de sus condimentos, como aceite de oliva, quesos y salsas”, añadió Felicetti.
En cuanto al consumo de pastas, detrás de Italia, con sus 23 kilogramos per cápita al año, se encuentran Túnez, con 17 y Venezuela con 15 kilogramos, señala el estudio
El principal mercado de esos productos italianos se encuentra en las naciones que integran la Unión Europea, las cuales absorben el 65,2 por ciento de las ventas, mientras que la cantidad restante se comercializa en América, Asia, África, Oceanía, en ese orden.
Se exportaron a Alemania en 2022 un total de 440 toneladas, mientras Reino Unido adquirió 296, Francia 267, Estados Unidos 259 y Japón 67 toneladas.
Se registró un crecimiento de la demanda de más del 100 por ciento en Moldova, Indonesia, Iraq y Costa de Marfil, la cual fue de 50 puntos porcentuales en Arabia Saudita y Túnez, a la vez que creció en un porcentaje de 20 en Canadá, Polonia, Malta, Libia y Kenya, precisó el estudio de la UIF.
Los principales competidores actuales a las exportaciones italianas de pasta son Turkiye, Australia, Estados Unidos y Alemania, agrega la fuente.
Felicetti se refirió también a la importancia de la reciente candidatura de la cocina italiana como patrimonio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, para ampliar los resultados comerciales pues, según dijo, “significa potenciar un modelo que es cultural y alimentario a la vez”.
rgh/ort