Esta manifestación resulta otra de las acciones promovidas por los sindicatos del país europeo, desde comienzos del presente año, y que comprende a varios sectores públicos como educación, salud y servicio postal.
La protesta involucra a las organizaciones EVG y Ver.di, que agrupan respectivamente a 230 mil trabajadores de compañías ferroviarias y dos millones 500 mil empleados de la esfera de los servicios, y afecta a los trenes de larga distancia y regionales, y los aeropuertos.
La iniciativa interrumpe también el transporte público local en siete estados federados y los puertos y esclusas para el tráfico marítimo y, de acuerdo con los últimos reportes, ya suma a más de 30 mil obreros pertenecientes a unos 350 centros de Alemania.
Según el director de negociación colectiva de la EVG, Kristian Loroch, “la república se alza, porque los empresarios se niegan” y aludió a la ausencia de acuerdos serios sobre el tema, aspecto desencadenante de esta “mega-streik” (mega-huelga), bautizada así por los medios de esta nación.
El país experimenta el aumento acelerado de los precios, desde hace más de un año, y una cifra inflacionaria cercana al nueve por ciento, de ahí que los sindicatos exijan un incremento salarial de 10 por ciento para, en cierta medida, paliar la situación económica interna.
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