Situado en lo que fue uno de los mayores centros clandestinos de Argentina, la otrora Escuela de Mécanica de la Armada (ESMA), el lugar hoy es refugio de organismos de derechos humanos y realiza una destacada labor educativa para que crímenes de lesa humanidad como los que se cometieron allí no se repitan ‘nunca más’.
En un hilo de mensajes en su cuenta en Twitter, el Espacio recuerda que abrió sus puertas el 19 de mayo de 2015, resultado de la lucha del pueblo argentino y de los organismos de derechos humanos, como también de la voluntad de un Estado que tuvo en su agenda la Memoria, Verdad y Justicia como políticas.
Hoy, en el contexto de la Covid-19, sus trabajadores construyen esa memoria para las generaciones del presente y del futuro a través de diversas iniciativas.
Aunque cerrado por la situación sanitaria, en este último año se realizaron actividades virtuales, entre ellas visitas y recorridos destinados a escuelas, organizaciones e instituciones e incluso cursos para adultos mayores.
Inaugurado por la entonces presidenta Cristina Fernández, el Espacio de la Memoria ha acogido a lo largo de este tiempo a miles de personas que encabezaron actividades educativas, visitas especiales junto a sobrevivientes, muestras temporarias, y acciones conjuntas.
En un mensaje difundido en Twitter, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, uno de los tantos nietos robados por los militares y recuperados años después por las Abuelas de Plaza de Mayo, señaló hoy que el Museo es un monumento histórico nacional y prueba judicial en las causas por crímenes de lesa humanidad.
Tras recordar que se presentará próximamente a la postulación de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, el funcionario precisó que el cuidado de lo que fuera el Casino de Oficiales, donde funcionó el centro clandestino, es resultado de la incansable lucha de las organizaciones de la sociedad civil durante más de 40 años.
En declaraciones a Radio del Plata, la directora del centro, Alejandra Naftal, precisó que se encuentran trabajando para que el museo sea parte del patrimonio mundial de Unesco y el objetivo es contribuir para generar una sociedad que pueda pensar.
‘Durante cuatro años se convirtió en un lugar excepcional, pero es muy importante recordar que el museo depende de la secretaría de derechos humanos y desde ahora se incorporó a una política general de derechos humanos’, precisó.
La directora del Museo resalta la labor fundamental y el compromiso de sus trabajadores desde el primer día y agradece a quienes vinieron y vendrán, construyendo con todos más memoria, verdad y justicia.
El Espacio de la Memoria recuerda la triste historia del sistemático exterminio de personas, donde cinco mil argentinos fueron torturados y muchos de ellos desde allí arrojados a los terribles vuelos de la muerte.
En la otrora ESMA, con 17 hectáreas, hoy funciona la sede de varios organismos como Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo y la Asociación Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, entre otros.
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