A través de un comunicado, el gremio extendió hasta este jueves el paro y exigió la obtención de todo tipo de servicios y cuidados sociales, a la luz de la disminución del poder adquisitivo y los altos precios de los artículos de primera necesidad.
También demandaron una plataforma de pago para los sueldos de los jubilados; así como solucionar problemáticas sociales y de salud, en especial los subsidios de medicina, hospitalización y educación.
El colectivo pidió abordar la indemnización por despido y rechazó la devaluación de la moneda nacional frente al dólar estadounidense, que desde hace varias semanas mantiene un valor en el mercado informal superior a las 100 mil libras por cada billete verde.
Ante la indiferencia política, la Asociación enfatizó la corrección de todas las cuotas y su dolarización por etapas, y que el salario mínimo no sea inferior a 450 dólares.
Los empleados abogaron por mejorar la cobertura médica y hospitalaria, aumentar el valor de las becas de educación al menos cinco veces y una asignación de transporte suficiente de acuerdo a las distancias recorridas por el trabajador.
En este sentido, la administración pública reiteró su llamado al gobierno interino para poner en marcha un verdadero plan de recuperación para el ciudadano y el país.
A la espera de la reunión de emergencia en el Consejo de Ministros entre miércoles y jueves, la agrupación ratificó la prolongación de la huelga en defensa de los derechos laborales y sociales.
En el sexto mes del vacío de poder, los libaneses esperan por la convocatoria de la duodécima sesión del Parlamento para elegir al nuevo presidente de la República como el primer paso hacia la restauración de la nación.
rob/yma