Denunciamos la incursión israelí y los flagrantes ataques contra las personas, en franca violación de todas las normas y leyes internacionales, señaló en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto.
El texto advirtió que las sistemáticas operaciones en los recintos religiosos, en especial la jerosolimitana Explanada de las Mezquitas, alimentan la ira del pueblo palestino, de los musulmanes y de cualquier persona honesta del mundo.
Asimismo, reclamó a ese país detener inmediatamente sus ataques “que aterrorizan a los fieles” durante el Ramadán, mes sagrado para los musulmanes.
La Cancillería saudita también criticó el asalto israelí y expresó su “rechazo categórico a estas prácticas que socavan los esfuerzos de paz y son contrarias a los principios y normas internacionales”.
También en Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania exigió el fin de las provocaciones israelíes.
La policía ejecutó esta madrugada un nuevo ataque contra la Mezquita de Al Aqsa, donde desalojó por la fuerza a cientos de palestinos que celebraban una vigilia por el Ramadán.
Según la agencia oficial de noticias Wafa, los agentes dispararon gases lacrimógenos contra el edificio tras romper ventanas, lo cual provocó numerosos casos de asfixia.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en Jerusalén denunció que la policía impidió el ingreso de los médicos para ayudar a los heridos, muchos de los cuales fueron detenidos mientras que otros fueron golpeados.
Poco después, bajo un amplio despliegue policial numerosos judíos recorrieron la zona.
El recinto es venerado tanto por musulmanes, que la llaman Noble Santuario, como por judíos, que la conocen como el Monte del Templo.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el sitio con numerosas condiciones, pero no rezar.
Sin embargo, bajo la creciente presión de los sectores de la derecha y ultraortodoxos aumentó el número de fieles de esa religión que intentan orar allí, lo cual es considerado por los musulmanes una provocación.
Israel ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
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