Un reporte de la Asociación Nacional de Consorcios para la Protección de las Aguas de Riego (ANBI), apunta que la falta de nieve durante el invierno pone en riesgo la agricultura en el norte del país, principalmente a los arrozales en Piamonte, mientras que “la sequía dramática del verano pasado ya llegó a principios de esta primavera”.
Según datos del Observatorio de Recursos Hídricos de la ANBI, en la última temporada invernal cayó en esa zona solo un 52,0 por ciento de la nieve registrada anualmente, como promedio.
Francesco Vincenzi, presidente de la asociación, señaló en declaraciones divulgadas este viernes por el diario Il Messaggero, que grandes zonas de la región piamontesa ya están afectadas por una extrema sequía ante una situación que puede empeorar y afectar unas ocho mil hectáreas de cultivos de arroz, con grave impacto económico. “A otras regiones del valle del Po, desde Lombardía hasta Véneto y Emilia-Romaña, no les está yendo mucho mejor, pues normalmente el derretimiento de la nieve caída durante el invierno hace crecer, a principios de la primavera, los ríos que descienden de los Alpes y los Apeninos hacia el mar”, añadió Vincenzi.
Según datos de la Agencia Regional de Protección del Medio Ambiente (ARPA), la situación es dramática para varios ríos de la zona, como el Bormida, el Toce, el Tanaro y el Cervo, casi sin agua, mientras que en Lombardía los caudales de Adda, Serio y Oglio se mantienen aún estables, aunque muy bajos.
En la región de Véneto cayeron en marzo como promedio, solo 37 milímetros de lluvia, frente a una media histórica de 65, y están casi secos los ríos Livenza y Brenta, mientras que en la cuenca del Piave, el agua salobre del mar Adriático se elevó hasta 30 kilómetros de la costa, con un efecto ruinoso para la agricultura, apunta la fuente.
Faltan hasta ahora seis mil millones de metros cúbicos de agua en Véneto y la situación es idéntica en Liguria, en Emilia-Romaña y en Toscana, donde los caudales de los ríos Ombrone y Serchio están en mínimos históricos, agrega el parte.
En medio de esta situación, el jueves último el Consejo de Ministros de Italia aprobó el denominado Decreto Sequía, con medidas destinadas a aumentar la resiliencia de los sistemas hídricos al cambio climático.
Entre otras disposiciones la legislación incluye el establecimiento de un régimen simplificado de procedimientos para el diseño y construcción de infraestructuras hidráulicas, el aumento de los volúmenes útiles de los embalses, la reutilización de aguas residuales depuradas para riego y facilidades para la construcción de plantas desalinizadoras.
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