Durante el discurso ante ministros y autoridades, el fundador del Partido de los Trabajadores indicó que el gigante sudamericano volvió a mirar hacia el futuro.
Lo anterior significa, precisó, «invertir en carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, generación y transmisión de energía, conectividad, expansión del presal (reservas petrolíferas), energía solar y eólica, entre otras iniciativas que pondrán otra vez a Brasil en el rumbo del desarrollo».
Según Lula, no se construye un país verdaderamente desarrollado sobre las ruinas del hambre, de los ataques a la democracia, de la falta de respeto a los derechos humanos y de las desigualdades de renta, raza y género.
«No se llega a ninguna parte dejando atrás a la mitad más sufrida de nuestra población», refirió.
Para el exsindicalista, fueron 100 jornadas de mucho trabajo. «Tenemos otros mil 360 días para seguir reconstruyendo este país. Y ya estamos en camino», prosiguió.
Dio su palabra que se acelerará la construcción de los ferrocarriles, esenciales para la integración del país y el flujo de la producción agrícola.
En infraestructura urbana, Lula dio su palabra en invertir en la mejora de las condiciones de vivienda y vida de las personas que viven en favelas, palafitos (moradas rústicas sobre troncos de madera en el agua) y otros lugares precarios. «Y vamos a quitar del papel obras de prevención de desastres causados por inundaciones y deslizamientos», apuntó.
Detalló que el programa habitacional Mi Casa, Mi Vida contratará dos millones de viviendas y el nuevo marco del saneamiento, aprobado la semana pasada, elimina las amarras que, por tanto tiempo, impidieron la inversión en el sector.
El gobernante aseguró que Brasil volverá a ser referencia mundial en sustentabilidad y enfrentamiento de los cambios climáticos, y «cumplirá las metas de reducción de emisiones de carbono y deforestación cero».
Insistió en siempre decir que gobernar es cuidar a la gente y «asegurarse de que cada brasileño y cada brasileña puedan hacer las tres comidas del día», lo cual es su obsesión.
«Brasil saldrá nuevamente del Mapa del Hambre con la integración de las acciones ya existentes y otras que serán articuladas por la Cámara Interministerial que reúne 24 de nuestros 37 ministerios», apostilló.
El presidente manifestó que el mensaje principal es el siguiente: «prepárense, porque tenemos que trabajar mucho más. Quiero terminar citando otra frase, la cual traduce nuestro sentimiento al final de estos primeros 100 días: Brasil volvió a tener futuro. Y eso es solo el comienzo», subrayó.
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