Está proyectado que los aerogeneradores, con capacidad de dos gigavatios, suministren energía verde a la planta química de BASF, en la ciudad de Ludwigshafen, a partir de 2030.
Además, una quinta parte de la electricidad será utilizada para producir hidrógeno sin generar emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Dicho programa tendrá un costo de cuatro mil millones de euros y será clave para la futura viabilidad de la industria alemana.
El director ejecutivo de BASF, Martin Brudermüller, significó que la iniciativa demostrará la sostenibilidad de la producción industrial.
Explicó que para hacer realidad el gigantesco parque eólico son necesarias licitaciones adicionales para centrales marinas antes de 2030.
Se trata de un ajuste de los planes de desarrollo de superficies y de la red eléctrica, y la exención de la electricidad verde del recargo contemplado por la ley de energías renovables (EEG).
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