Mencionó que se invertió bastante en la exploración petrolera en Tabasco y se encontraron campos con mucho material, por lo tanto se puede asegurar que hay suficiente petróleo para varios años hacia adelante, pero no se dilapidará, sino que se usará de forma racional.
Dijo que Tabasco pasó a ser el estado con más producción de petróleo de toda esa área y a eso se debe que sea el territorio con más crecimiento económico y mayor generación de empleos, algo que no sucedía antes, afirmó.
Eso se debe, explicó, a que están procurando que el crecimiento de México sea más horizontal y acabar con el desequilibrio que reinó con el neoliberalismo, y ahora hay condiciones para fomentar la inversión pública en el sur del país.
Puso como ejemplo destacado la construcción de coquizadoras y la creación de plantas, como la de Salina Cruz, y expresó que cuando se terminen la obras que se realizan, hay que pensar en invertir para seguir creando empleos.
Acusó a los tecnócratas de convertir el petróleo en un mal negocio para conducir a la quiebra a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), pero ahora hay posibilidad de llegar a los 2 millones de barriles de petróleo diarios y estabilizar la producción allí, insistió al destacar la exploración y la inversión en el norte solamente durante el periodo neoliberal, por la corrupción.
Recordó que en gobiernos pasados había “buenos negocios” para las compañías privadas y “malos negocios” para el patrimonio de los mexicanos porque querían destruir a la Comisión Federal de Electricidad y a Pemex, las dos principales empresas productivas estatales del país.
Eso llevó, denunció, a que se acabara en México con la industria petroquímica y durante el periodo neoliberal no hicieron una sola refinería, y México se convirtió de exportador en importador de combustibles, incluidas todas las gasolinas y el diésel.
Ahora México producirá todo el combustible que necesite sin necesidad de comprar en el exterior ni un solo galón, porque se hicieron inversiones como la adquisición del otro 50 por ciento de la gran refinería de Dee Park en manos de la Shell, la construcción de la Olmeca, de Dos Bocas, y la rehabilitación de las seis refinerías convertidas en chatarra por el neoliberalismo.
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