La obra es una de las principales inversiones en el país sudamericano y resulta la segunda planta levantada aquí por el consorcio finlandés UPM, que trabaja la obtención de pulpa de celulosa, papel y madera.
Según directivos de la empresa, fue presentada toda la información requerida «para la obtención de los permisos y un extenso programa de monitoreo ambiental que cubre el agua y la biota del río Negro, el aire, el suelo, el ruido y los aspectos socioeconómicos».
El proceso de puesta en marcha incluye la intensificación de los trabajos en todas las áreas de la planta, así como el encendido de todos los equipos hasta lograr su funcionamiento estable.
«Durante semanas se irán ajustando todas las fases del proceso, incrementándose gradualmente la producción hasta alcanzar los niveles esperados tanto en volumen como en calidad de la pulpa bajo estrictos estándares de seguridad y ambientales», indicó UPM en un comunicado.
La nueva fábrica requirió una inversión de tres mil 470 millones de dólares, incluida la terminal de aguas profundas en el Puerto de Montevideo, la construcción del tercer vivero de eucaliptus en Sarandí del Yí e inversiones en infraestructura e instalaciones locales.
La planta tendrá una capacidad de producir 2,1 millones de toneladas de celulosa de eucaliptus por año, lo que representará un aporte permanente de dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay.
Se espera la ocupación de unos siete mil puestos de trabajo directos en la producción y su cadena de valor.
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