Ya antes del asumir el cargo tras su victoria electoral en noviembre,las acciones de Netanyahu fueron vistas con lupa en la región, donde esbien conocida su visión radical y expansionista tras 15 años como primer ministro, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
Los continuos asaltos ejecutados desde la semana pasada por la Policía contra la jerosolimitana mezquita de Al Aqsa representaron el más reciente capítulo de la política de fuerza contra los palestinos, que amenaza con provocar un estallido en los territorios ocupados y enturbiar más las siempre complicadas relaciones de Israel con otros Estados de la convulsa área geográfica.
Las celebraciones de la Pascua judía sirvieron de justificación para expulsar a los fieles musulmanes del recinto sagrado, con el fin de permitir la entrada a los extremistas y colonos.
Los uniformados utilizaron porras, balas de goma y gases lacrimógenos para el desalojo, acción respondida por las milicias con el lanzamiento de cohetes hacia Israel, que a suvez atacó objetivos en el Líbano y en la superpoblada Franja de Gaza.
Pero las tensiones provocadas por este Gobierno comenzaron casi desde su llegada al poder el 29 de diciembre. Bajo la protección de un gran operativo policial, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, recorrió el 3 de enero la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra Al Aqsa, a pesar de las repetidas advertencias de no hacerlo.
En apenas tres meses, el incremento de los ataques contra los palestinos y de las demoliciones de estructuras árabes en la Ribera Occidental echaron más leña al fuego.
A ello se sumaron los poderes otorgados en Cisjordania a Ben Gvir y a su socio ultraderechista Bezalel Smotrich, titular de Finanzas, lo cual se tradujo en una campaña sin precedente de construcción y ampliación de colonias judías.
Las relaciones de Israel con el mundo y su posición internacional están en caída libre, y la primera razón es la incapacidad de Netanyahu para controlar a los ministros de extrema derecha de su gabinete en el manejo de la cuestión palestina, afirmó el portal noticioso Walla.
Los Acuerdos de Abraham, que permitieron el establecimiento de relaciones diplomáticas de Israel con varios países árabes, se enfriaron; los líderes europeos nos reprenden en público y la normalización con Arabia Saudita no se vislumbra, señaló el portal noticioso al enumerar las crisis externas que enfrenta Netanyahu.
A ello se suman las constantes amenazas contra Irán y, en específico, a su programa nuclear para generar energía, objetivo prioritario deIsrael, la única nación en Oriente Medio que posee tales arsenales.
En el frente interno, el anuncio por el Gobierno de una polémica reforma judicial rechazada por amplios sectores de la sociedad, incluidos militares, profesores,sindicatos y economistas, desencadenó otra crisis de gran magnitud.
Desde entonces, se suceden a diario protestas y manifestaciones contra el proyecto, que dividió al país al extremo de que medios de prensa y varios políticos como el extitular de Defensa Benny Gantz hablan de guerra civil.
(Tomado de Orbe)