La Junta Esrilanqués del Té recordó en la ocasión que la primera jornada se observó el 21 de mayo del pasado año luego que la Asamblea General de la ONU aprobó una propuesta que le hizo la Organización para la Agricultura y la Alimentación con apoyo de gobiernos y otras agrupaciones.
El objetivo principal de la celebración es sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia del té para el desarrollo sostenible y rural, y los retos que enfrenta debido al cambio climático.
En Sri Lanka, el cultivo, consumo y comercialización del té comenzó hace 153 años; con el tiempo se convirtió en fuente vital de fomento para firmas estatales, privadas y sustento básico de muchas familias.
La marca ‘Ceilon Tea’ le ha dado la vuelta al mundo subyugando el paladar de millones de personas y, de paso, se reafirmó como elemento clave de la identidad del pueblo esrilanqués.
Los promotores de la jornada internacional que este año se desarrolló bajo el lema ‘Té y comercio justo’ pretenden también popularizar más el consumo de la infusión de esta hoja en todo el mundo y así ampliar su demanda para contribuir a la erradicación de la pobreza en países productores.
Varios tipos de hojas con aromas diversos producen los cultivadores de esta nación insular del Océano Índico cuyo régimen de humedad ambiental sostiene la calidad de su ‘Oro Verde’.
Acorde con Jayampathy Molligoda, Presidente de la Junta Esrilanqués del Té, esta industria experimentó una recuperación sustancial en el primer cuatrimestre de este año pese a la pandemia de la Covid-19.
Los ingresos por la exportación de té ascendieron a 417 millones 389 mil dólares de enero a abril, lo que significó un alza de 19,8% en comparación con los resultados de igual período de 2020; de hecho, se ratificó como segundo sector económico de Sri Lanka después de la industria de la confección textil.
mh