Así lo refirió el secretario general del PCU, Juan Castillo, en declaraciones a la prensa cuando se cumplieron 51 años de aquella masacre.
En la madrugada del 17 de abril de 1972, fue asaltado el local del Seccional 20 del PCU en esta capital por más de 500 soldados, policías y paramilitares.
Ocho obreros comunistas fueron sacados del interior del local y fusilados en la calle para dejarlos desangrar, pues se bloqueó el acceso a una ambulancia que llegaba al lugar.
Según Castillo se trata de una fecha muy significativa para los comunistas «por el homenaje a los mártires» y el reclamo renovado de justicia.
En ocasión de la efeméride el dirigente comunista expresó al Diario La R la postura de su agrupación frente a lo que llamó «acomodos políticos» dentro de la coalición de Gobierno para imponer una reforma jubilatoria contraria a los derechos de los trabajadores.
También manifestó preocupación por el trato que se da a las movilizaciones gremiales de docentes y estudiantes, en alusión al conflicto que hoy afecta a la educación en el nivel de Secundaria, y dijo que la coyuntura actual está marcada por «la caída de los salarios y jubilaciones».
Asimismo fustigó «los grados de corrupción» en torno al Gobierno, y mencionó al respecto el caso del hoy encarcelado excustodio presidencial Alejandro Astesiano, y el del narcotraficante Sebastián Marset, prófugo de la justicia tras recibir un pasaporte de parte de la cancillería.
Castillo dijo que 51 años después del crimen de los Ocho, como se le conoce, ningún militar ha sido procesado por la justicia.
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