Podemos pensar en políticas que provoquen una transformación cultural, y en qué consiste esto, es que todos dejen de pensar que este tópico se enmarca exclusivamente en los lazos consanguíneos, a nivel de hogar, declaró Batthyány a Prensa Latina en la Universidad de La Habana.
No es resolver el problema dentro de casa con los miembros que la integran, debe ser un tema de todos, no solamente en el ámbito de lo privado, recalcó la académica en el contexto del Foro Internacional Los desafíos contemporáneos frente a los cuidados. Dinámicas demográficas y políticas.
Uno de los nudos centrales de la desigualdad de género este tema, cuando analizamos lo que ocurre en toda la región, incluso en Cuba, la responsabilidad principal sobre los cuidados sigue estando en manos de las mujeres.
Empero ellas tienen que hacerlo a lo largo de todo su ciclo vital a partir de la etapa reproductiva, pero una vez que finaliza la crianza de los hijos viene la demanda de nuestros seres queridos, que se suman a la de un país envejecido como lo es Uruguay.
En término generales no se termina de reconocer los cuidados como un asunto público, y debe ubicarse en la agenda de políticas públicas, insistió la catedrática uruguaya.
Existen avances, y el primero de ellos es que hoy estamos abordando el tema de cuidados y cuidadores, pero faltan las estrategias a nivel de gobierno que promuevan otras opciones en esta temática a nivel de sociedad, que no sean exclusivamente dirigidas al papel del sexo femenino.
Pueden generarse oportunidades vinculadas con el tiempo, es decir licencias y permisos, que hombres y mujeres puedan acceder a ellos, políticas de servicios accesibles para esa población que requiere de cuidados. Algo muy importante, estos no pueden ser mercantiles, pues si damos servicios tarifados, muchos no podrán tenerlos por no poderlos pagar, alertó la catedrática del país suramericano.
Sería importante –sugirió la experta- la creación de centros de cuidado infantil o de personas mayores dependientes.
Creo que el tema es un desafío que tienen nuestros países y si esto no avanza encontraremos otras consecuencias en materia de desigualdad, advirtió.
Por ejemplo las mujeres que cuidamos tenemos menos oportunidad de educación, formación académica e incorporación al mercado de trabajo y la permanencia en este.
Cuando se observa las tasas de actividad femenina justamente en las edades de ciclo reproductivo es notorio como desaparecen una gran masa de mujeres de la actividad económica, porque no hay quien cuide a sus hijos, entonces la opción es que la fémina se retire parcial o totalmente del mercado de trabajo.
Esto afecta los derechos de las mujeres, su autonomía económica, pero también el desarrollo de las naciones, pues si existen condicionamientos a la inserción laboral de las damas por los cuidados afectamos el avance de los países.
El Foro Internacional “Los desafíos contemporáneos frente a los cuidados. Dinámicas demográficas y políticas” fue organizado por el Clacso y culmina hoy luego de tres días de sesiones.
Representantes de varios segmentos de la sociedad llamaron a democratizar la responsabilidad en este importante asunto para librar a las mujeres de esa carga que atenta contra sus proyectos de vida personal y profesional.
La persistencia de ese tipo de pensamiento que afecta a las féminas debe quedar atrás, pues solo así será posible alcanzar el respeto a los derechos de ellas, y poner fin a la falta de equidad, acotó.
El tema debe tener una mirada de género, transversal e integradora, con una dimensión, material y económica, sin perder nunca de vista la relación que debe existir entre el cuidador y el cuidado, concluyó la especialista.
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