En un análisis sobre el papel del comercio, la funcionaria hizo referencia a un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial (BM), según el cual el aumento de las ventas al exterior por trabajador se traduce en mayores salarios y menor nivel de labor informal para muchos grupos marginados.
Otro estudio, precisó González, concluye que las empresas exportadoras emplean a más mujeres que las entidades que no lo son.
También la investigación señala que las féminas empleadas en sectores con altos niveles de exportación tienen más probabilidades de estar contratadas formalmente en trabajos con mejores prestaciones, y el comercio aumenta tanto los salarios de las mujeres como la igualdad económica.
La funcionaria indicó además que una próxima publicación de la OMC y el BM confirmará que el crecimiento del comercio de servicios se ha traducido en un número creciente de empleos vinculados a la exportación de servicios, incluso en las economías en desarrollo, y que las empresas más pequeñas desempeñan un papel clave.
Con respecto a las importaciones, tanto de bienes como de servicios, la directora general adjunta significó que estas también son importantes, pues ejercen una presión a la baja sobre los precios y amplían las posibilidades de elección de los consumidores.
Asimismo, agregó, contribuyen a mejorar el nivel de vida, sobre todo de los hogares más pobres, tanto en los países avanzados como en los en desarrollo, que gastan una parte relativamente importante de sus ingresos en bienes muy comercializados, como alimentos y ropa.
Además, las importaciones de insumos intermedios de alta calidad a precios competitivos pueden impulsar la productividad de las empresas nacionales, sostuvo.
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