Durante su reunión periódica, los diputados insistieron en la necesidad del entendimiento nacional como el punto de entrada obligado para lograr la designación del nuevo jefe de Estado con el propósito de encontrar salidas y soluciones a la crisis.
En este sentido, el colectivo enfatizó en la urgencia de poner fin a la frustración y avanzar hacia la apertura de un discurso político y su papel en la protección de la convivencia y el tratamiento de las diferencias con objetividad y realismo, lejos del clamor y desafíos mutuos.
A propósito, el bloque exhortó al resto de partidos y fuerzas a anunciar a su candidato y renovó la invitación a un diálogo serio y responsable, “esperando llegar a la comprensión y el entendimiento”.
En medio de los indicios de un cambio en el equilibrio de poder regional e internacional, los parlamentarios abogaron por beneficiarse de la situación de estabilidad para preservar la soberanía, la dignidad y alcanzar la justicia y el desarrollo integral de sus ciudadanos.
Bajo la dirección del representante Muhammad Raad y la asistencia de sus miembros, Lealtad a la Resistencia advirtió sobre las repercusiones de la crisis que afecta a la administración pública y la educación, así como a los sectores económico, monetario, bancario, y otros.
En este sentido, consideró que el Estado encargado de atender los asuntos y necesidades de sus ciudadanos debe brindar a la salud y educación el costo requerido, personal administrativo y especializado, y programas de desarrollo continuo.
Con motivo del Día Internacional del Trabajo el venidero lunes, el bloque expresó su sincero reconocimiento y preocupación por los intereses de la clase obrera, al tiempo que puntualizó la defensa de la equidad y la protección de sus derechos.
En la continuación de sus esfuerzos e interés de asociación con el resto de los libaneses, el bloque Lealtad a la Resistencia destacó la importancia de lograr lo antes posible la elección presidencial y cumplir con los desarrollos regionales para reconstruir el Estado y sus instituciones.
La noche del 31 de octubre pasado marcó un giro en la política interna libanesa, pues con el fin de mandato presidencial de Michel Aoun la nación entró en su cuarto vacío de poder después de la independencia.
Tras 11 sesiones parlamentarias, ningún candidato de la comunidad cristiana maronita logró la mayoría requerida y la negativa al diálogo de algunas fuerzas políticas obstaculiza la designación consensuada del próximo mandatario.
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