De acuerdo con los residentes locales, los presuntos pandilleros intentaron esconderse en las localidades de Sténio Vincent, Sergo y Jalousie antes de ser atrapados por la población.
Además, los ciudadanos comenzaron a revisar los vehículos e identificar a los pasajeros, así como a los transeúntes para evitar que otros miembros de grupos armados escapen hacia las montañas de Kentscoff, aseguraron.
Desde la semana pasada decenas de sospechosos de integrar bandas fueron asesinados por ciudadanos furiosos que denuncian el auge de la inseguridad en Haití.
También residentes de localidades como Solino y Nazon organizaron brigadas de defensa barrial, bloquearon los accesos a las calles circundantes e incluso requisaron a quienes intentaron pasar.
Muchos ciudadanos criticaron el que Gobierno no hace lo suficiente para contener la expansión de las pandillas que actualmente controlan prácticamente la capital.
La víspera, el primer ministro, Ariel Henry, llamó a la calma y pidió a los ciudadanos trabajar junto a la Policía para llevar a los miembros de las pandillas ante la justicia.
“Haití ha elegido la democracia como modelo de gobierno. La inseguridad en la que vivimos es repugnante. Comprendemos que el pueblo debe reanudar sus actividades, pero no dejemos que los malos planes nos hagan jugar a juegos sórdidos”, dijo Henry en la alocución a propósito a propósito del Día Internacional del Trabajo y la Agricultura.
Reiteró que el Gobierno trabaja junto a los socios internacionales para establecer la seguridad en el país caribeño y advirtió contra quienes podrían utilizar la frustración de los ciudadanos para satisfacer intereses mezquinos.
“Pido a mis compatriotas que, a pesar de lo que han sufrido a manos de los bandidos, mantengan la calma”, insistió, no obstante, la ola de violencia parece continuar.
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