En declaraciones a la prensa local, el secretario de Sectur, Miguel Torruco, y su colega de Oaxaca, Saymi Pineda, consideraron que ese es el estado con mayor diversidad étnica y lingüística de México, y destaca por su oferta turística para viajeros ávidos de experiencias únicas.
Sus playas, aseguran, son icónicas y citaron las de Puerto Escondido, Puerto Ángel y Huatulco, y cuenta además con tres sitios Patrimonio de la Humanidad, el Centro Histórico, la Zona Arqueológica de Monte Albán y las cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla.
Los visitantes tienen a su disposición la gran capital de los zapotecas, sus singulares atractivos, y pueden apreciar como ‘Hierve el Agua’, un manantial térmico en el municipio de San Lorenzo Albarradas, y el Árbol del Tule, con el diámetro más grande del mundo, en el municipio de Santa María del Tule.
La expoventa muestra el folclor, danza, música y tradición de la Guelaguetza, el sabor del verdadero mole, chapulines o tlayudas, esta última un plato mixto con alimentos tradicionales que gusta a todos, el famoso chocolate oaxaqueño y el calor de un mezcal muy típico.
Pero en especial, la sonrisa y la alegría de su gente, así como la cordialidad de sus prestadores de servicios, de ahí, el éxito de este destino, y razón por la que nos complace tener en casa, por primera vez, a esta maravillosa entidad, dijo la secretaria Pineda.
Precisó que, durante el mes de mayo, los visitantes de Punto México tendrán la oportunidad de conocer un poco más de la cultura de Oaxaca y adquirir productos artesanales como jarrones de barro negro; telares de cintura; bordados de chaquira; tapetes; bolsas; alebrijes; chocolate, mole, café, mezcal, entre muchos otros.
Por su parte, Torruco Marqués reiteró la invitación para que los seis Pueblos Mágicos de Oaxaca se sumen a la iniciativa Rutas Mágicas de Color, con el propósito de rehabilitar la imagen urbana de estas plazas turísticas.
La denominación mágica se le da a aquellos pequeños pueblos que tengan atractivos únicos, y cumplan los exigentes requisitos de higiene, trato al visitante, alimentos típicos, un entorno que los reconozca como un sortilegio tangible que se pueda palpar y disfrutar como si fuera la entrada al encantado mundo de Oz.
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